jueves, 5 de mayo de 2016

El Museo de Altamira.


Hoy he escogido hablar del museo que podemos encontrar en Altamira, donde podemos encontrar una Neo-Cueva debido a que por causas de conservación la cueva original permanece cerrada al público general, donde solo puede entrar personas experimentadas y dedicadas al estudio de las magníficas pinturas prehistóricas que allí encontramos. En esta Neo-cueva lo que encontramos es una representación, una copia, de la sala de los bueyes de la cueva original, algo muy acertado en la actualidad.


Pero primero observemos que evolución histórica ha seguido el museo hasta llegar a esta magnífica copia que llamamos Neo-cueva. Pues bien tras el interés que el rey Alfonso XIII mostraría por la cueva en el año 1924, se creó una junta de administración, creándose así el primer aparato colegiado de gestión del museo. El primer museo que tenemos o que se llevaría a cabo sería una casa montañesa sin más, donde se iría colocando todos los objetos que se hallaban durante la excavación, para su exposición  y conservación.

Pero surgió una necesidad cada vez mayor de recibir cada vez más visitantes, lo que provocó que en la década de los años 60 se construyera un edificio al lado de las cuevas, para su visita.

    También debemos mencionar el año 1973 como año importante, pues a causa de las visitas masivas que recibía la cueva para admirar las pinturas, número que se elevaría hasta los ciento setenta y cuatro mil visitantes, algo inaudito y verdaderamente dañino para la conservación de la cueva, por el microclima que allí se creaba. Este suceso provocó que en el año 1977, se cerrara definitivamente la cueva al público general.

En 1979 el Ministerio de Cultura creó el conocido Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, para ayudar así a la correcta investigación y conservación de las preciadas pinturas de Altamira.

Tendríamos que esperar al 1982,  para ver como las Cuevas de Altamira abrían sus puertas de nuevo, pero con un régimen de visita muy estricto, el cual solo deja pasar a unas ocho mil personas al año, esto es así para ayudar a conservar la humedad estable y la conservación de las pinturas sea óptima.

Ya en el 2001 sería el momento donde se inauguraría el nuevo edificio para el museo, el cual fue proyectado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg, el cual vemos muy cercano a la cueva. Siempre pensado para la conservación y el acercamiento de la misma al visitante.


El museo que vemos hoy en día, está dividido en dos zonas: el museo en sí y esa Neo-Cueva que mencionábamos al principio, donde podemos ver una réplica a tamaño real de las pinturas, algo que nos ayuda bastante a hacernos una idea y un sentimiento de lo que en la cueva original se encuentra. También podemos ver una explicación de los trabajos que se realizan en la cueva, que realizan a base de dioramas virtuales. 

Bibliografía:

- LASHERAS, JOSÉ ANTONIO, El Museo de Altamira, Electa, Barcelona, D.L. 2003.

Firmado: Diego Alfageme Laín.

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