sábado, 16 de abril de 2016

Apolo De Belvedere


Esa magnífica obra de arte pertenecía al cardenal Giuliano della Rovere, quien la tenía en su palacio de Santi Apostoli, este cardenal en 1503 sería elegido papa y adquiriría el nombre de Julio II, llevándose el Apolo de Belvedere al Vaticano en 1508.

Apolo de Belvedere 

Como podemos observar en la propia postura del dios Apolo, acaba de usar su arco que portaría en la mano izquierda, hoy perdida. Es una obra que podemos datar del siglo II d.C. Y la cual como sabemos hoy en día, sería una copia de un original de bronce que realizó el escultor griego, conocido como Leocares, en los años 330-320 a.C. Escultor que como sabemos trabajó en el Mausoleo de Halicarnaso. 

Esta escultura fue muy admirada desde que se produjo su colocación en el patio de las estatuas, en gran medida gracias a las palabras de Winckelmann: "el más alto ideal del arte entre las obras antiguas que se han conservado hasta nuestros días". 

A la hora de hablar de su descubrimiento y de como llegó a las manos del cardenal y futuro papa, Giuliano della Rovere, no está nada claro al respecto y existen, como no podía ser de otra forma múltiples teorías al respecto, el cual solo se volvió notorio tras adquirirlo dicho cardenal a finales del siglo XV. Esta escultura pude ser desenterrada cerca de la iglesia de San Pedro Acorrentado, en Roma, en la Villa de Nerón en Anzio o en Grottaferratta, donde  Giuliano era abad in commendam. Una vez hecho cardenal lo mantuvo en la basílica de los Santos Apostoles, hasta que por el 1508 y tras ser nombrado papa, como ya hemos mencionado, lo trasladaría al Vaticano a los patios de Belvedere de donde adquiere el sobrenombre este Apolo. 

Grabado del Apolo de Belvedere por Marcantonio Raimondi (1530).
Como no podía ser de otro modo esta escultura no estuvo ausente de restauraciones y ya en el 1532, se propuso una restauración, a Giovanni Montorsoli quien completó perdidas de ambos brazos, restituyó las manos y aumentó la altura entre otras muchos añadidos. Dicha restauración de Montorsoli del 1532, no quedó libre de críticas, es más recibió numerosas y duras críticas por el alargamiento exagerado de las nuevas manos de las que dotaron a la estatua. Pío IV fue quien ordenó una nueva restauración, con la cual se taparon los genitales con una hoja de higuera. Las restauraciones más recientes como la de Guido Galli del 1924, lo que han hecho es quitar lo de las anteriores restauraciones. 

Grabado de 1888 con las restauraciones de Montorsoli y la Hoja de Hiiguera.

  • Bibliografía:
- ELVIRA BARBA, Miguel Ángel, Manual de Arte Griego: obras y artistas de la antigua Grecia, Sílex D.L. Madrid, 2013. 
- ELVIRA BARBA, Miguel Ángel, Arte y Mito: manual de Iconografía Clásica, Sílex, Madrid, 2013.
- ROBERTSON, Martin, El Arte Griego: Introducción a su Historia, Alianza, Madrid, 2010.

  • Firmado: Diego Alfageme Laín.

1 comentario:

  1. Me parece una entrada muy interesante, no se suele estudiar, ni hablar, sobre el descubrimiento de esta pieza, así como de su restauración, que ha hecho posible que la podamos admirar hoy en día en todo su esplendor. en mi opinión no es importante únicamente la técnica de la obra en sí, es fundamental conocer los procesos a los que ha sido sometida, desde su hallazgo hasta su exposición actual. Alicia Serrano

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